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Una familia vendimiadora: Irene y Carlos, se conocieron actuando y llevan 50 años juntos de amor


Junto con sus cinco hijas, Irene y Carlos han participado en innumerables festejos. Las raíces y la tradición son el motor que los impulsa a seguir unidos.


La historia de amor entre Irene Ruiz (77) y Carlos Quiroga (80) surgió en 1963, en el Teatro Griego Frank Romero Day. Ese año, la fiesta máxima de los mendocinos se realizaba por primera vez en ese escenario. Con la ansiedad que esto implicaba, los bailarines, oriundos de Godoy Cruz, se juraron amor eterno previo a salir a escena. Desde entonces nunca más se separaron y este año celebran 50 años de unión.


"De chica me gustaba bailar, formé parte de diferentes ballets y participé de algunas Vendimias departamentales. En una de ellas conocí a Carlos y nos hicimos muy amigos. Formamos parte del elenco de Esteban Vera y así surgió nuestra relación con esta maravillosa fiesta mendocina", contó Irene.


Estuvieron cinco años de novios y en ese tiempo tuvieron la oportunidad de recorrer varias ciudades de Chile con la danza. Incluso, formaron parte del Pre Cosquín (Córdoba) donde resultaron ganadores.


"Antes de nuestra participación en la Fiesta Nacional de la Vendimia en el Frank Romero Day, tuve la oportunidad de bailar en una Vendimia anterior que se realizó en el autódromo general San Martín. En ese entonces, ese era el escenario donde se concretaba la ceremonia. En total participé en 15 Vendimias centrales e Irene en 4", acotó Carlos.



Una familia vendimiadora

Ya en 1971 y con la edad permitida para contraer matrimonio, Carlos e Irene decidieron casarse. Y si bien la danza era lo que los había unido no querían que eso mismo los separara.


"De a poco dejamos de bailar, nos alejamos del ballet y la mayor razón era que ambos éramos celosos y si no bailaba conmigo, no bailaba con nadie", exclamó Irene (entre risas) y prosiguió: "Nos alejamos de mutuo acuerdo para preservar nuestro amor".


Si bien dejaron de asistir a la escuela de danza, el baile siempre estuvo presente en sus vidas. Así fue como con el tiempo comenzaron a llegar las hijas. Fueron cinco mujeres. Y cuatro de ellas también bailaron en vendimias departamentales y centrales.


"Eso nos permitió seguir siempre en contacto con nuestra pasión. Nosotros las acompañábamos a los ensayos, las guiábamos y aconsejábamos. La Vendimia siempre nos mantuvo unidos como familia", comentó Irene.


"María Laura y Mariana participaron como bailarinas contemporáneas en 15 y 5 Vendimias Centrales, respectivamente; en tanto Marcela lo hizo en 5 y Lucía en 9, ambas como bailarinas folcóricas. Incluso, Lucía aún hoy se sigue destacando dentro del grupo de bailarines con Discapacidad. Este año actuará en la Bodega Arizu, en la previa a "Historias de Vendimia", contó Irene.


"Yo no me considero una artista, siempre digo que soy una bailarina de Vendimia, soy fruto de la Vendimia", dijo emocionada Lucía.



De Godoy Cruz a Lavalle

El matrimonio, que en octubre de este año celebra 50 años de unión, siempre vivió en Villa del Parque, en Godoy Cruz, sin embargo, hace tres años decidieron cambiar de rumbo y construyeron su casa en un barrio de la Villa Tulumaya, en Lavalle.


"Necesitábamos vivir en un lugar tranquilo, conectado con la naturaleza, con el aire libre y llegamos hasta acá, creemos en el mejor momento de nuestras vidas ya que hoy con la pandemia sentimos que nuestro hogar es nuestro refugio", contó Irene.


Allí viven con su hija Lucía y el resto de la familia suele visitarlos los fines de semana. "Cuando nos reunimos todos es un batallón entre las hijas, los yernos, los nietos. Realmente sentimos que este es el lugar que necesitábamos para ser felices. Acá en Lavalle la vida se mira de una manera diferente, la gente tiene otros tiempos, las raíces están a flor de piel", comentó.


Respecto a si asisten a peñas o bailes en el pueblo, Irene dijo que, por lo general, suelen ir los domingos a la plaza departamental donde se arman peñas hermosas. "Acá tenemos brillantes cantoras como Juana Vera, las hermanas Navarro, incluso, el querido Marcelino Azaguate que nos remontan todo el tiempo a nuestros años de su juventud con su música y poesía".



Finalmente, el matrimonio habó sobre esta Vendimia especial y aseguró que apoyan la decisión del intendente de suspender la Fiesta de Lavalle para destinar ese dinero a los productores, aunque no comparten la idea de que se elimine la figura de la reina.


"El momento de la elección de la reina es uno de los más esperados y emotivos en el Frank Romero Day, lo mismo ocurre en los municipios, por lo que no debe perderse esa tradición", expresó Irene.


Carlos, por su parte, apeló a su don de caballero y expresó: "Cuando bailamos por primera vez en ese imponente escenario dije que ella (por Irene) iba a ser mi reina por siempre y hasta el día de hoy lo sigue siendo. No puedo pedirle más nada a la vida".




Fuente; Diario El Sol


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